lunes, 25 de enero de 2016


Théodore Géricault

 (Théodore Géricault; Ruán, Francia, 1791 - París, 1824) Pintor francés. Fue una figura singular en el panorama de la pintura francesa y un pionero del Romanticismo, ideal que encarnó también en su tumultuosa vida y en su prematura muerte, a los treinta y tres años, a causa de un accidente de equitación.

En 1798 se trasladó con su familia a París, donde se formó artísticamente en los estudios de Vernet y de Pierre Guérin. No obstante, su estilo se debe en buena medida a las copias de obras maestras que realizó en el Louvre y a una estancia en Italia (1816-1817), donde entró en contacto con la obra de Miguel Ángel y con el barroco romano.
La carrera de Géricault como pintor se extiende apenas a lo largo de diez años, pese a lo cual su obra es notable y abundante. En sus primeras realizaciones (La muerte de HipólitoLa captura del caballo salvaje), un planteamiento todavía clásico va acompañado de una materia pictórica rica y pastosa, y de un modelado de las figuras a través de la luz, que son ya rasgos claramente románticos.


En 1819 pintó y expuso en el Salón de aquel año, en París, su pintura más famosa: La balsa de la Medusa, que ganó una medalla y produjo una profunda conmoción por ser antitética de las tendencias clasicistas entonces en boga. El cuadro aludía al naufragio de la Medusa en 1816, un acontecimiento de la época con fuertes connotaciones políticas, tratado con acentos épicos. Tanto por el tema como por el enfoque (la energía y la fuerza pasional son las notas dominantes), el lienzo era de una absoluta novedad y ejerció una influencia duradera.

LA BALSA DE LA MEDUSA



Pintada en 1819 fue expuesta en el Salón de París ese mismo año sin gran éxito por lo que su autor decidió presentarlo en Inglaterra donde finalmente tuvo mejor acogida que en el país galo.
El cuadro, de gran tamaño, representa la pasividad del gobierno frente al naufragio de la fragata francesa del mismo nombre que la composición en la que viajaban cientos de personas que, una vez el barco se ha hundido casi en su totalidad, se ven obligados al canibalismo para sobrevivir y es que nadie acude a rescatarlos. Los rostros de las figuras reflejan un enorme dramatismo reforzado con la elección tan acertada de colores que hizo el pintor: tonos oscuros y fríos que utilizó para plasmar lo trágico de la situación. Para la realización del cuadro, Géricault se documentó sobre las circunstancias concretas del desastre, entrevistó a supervivientes e incluso visitó hospitales donde pudo apreciar y copiar los colores de las heridas más profundas así como los rostros de dolor, de desesperación y agonía, tan excelentemente retratados en su obra. El estado de la mar no viene sino a reformar lo agónico de su rescate tardío. Embravecido, amenaza con derribar lo poco que queda de la antigua fragata.

miércoles, 13 de enero de 2016

EL ARTE ROMÁNTICO EN LA PINTURA.

El arte romántico se extiende a diferentes facetas por llamarlas así, pero especialmente destaca una de ellas, la PINTURA ROMÁNTICA.
Sucede a finales del siglo XVIII, con nuevos gustos y pensamientos relacionadas con movimientos sociales y políticos, como la Revolución Francesa.
Se extiende desde 1770 hasta 1870, distinguiéndose en tres períodos:
  1. Prerromántico.
  2. El apogeo del Romanticismo.
  3. Post-Romanticismo.
Las principales características son:

- Utiliza diferentes técnicas: el óleo, acuarelas, grabados y litografías.
- La textura comienza a ser valorada en sí misma y aparecen las superficies rugosas. La pincelada es libre, viva y llena de expresividad.
Desaparece la línea frente al color. Se recupera la potencia sugestiva del color, liberándose las formas y los límites excesivamente definidos. Es el agente emocional de primer orden.
- La luz es importantísima y se cuidan sus gradaciones dando un carácter efectista y teatral.
- Las composiciones tienden a ser dinámicas, marcadas por las líneas curvas y los gestos dramáticos. Algunos autores como Friedrich prefieren esquemas geométricos más reposados.
También reivindican la individualidad. El artista prefiere su libertad a la de la colectividad. Por ejemplo Delacroix con la “Libertad guiando al pueblo” donde aparecen pintadas por primera vez las barricadas como testimonio de reivindicación política. 
En sus principales temas lo característico es la variedad, surge el exotismo de la memoria de un misterioso y glorioso pasado que incluye desde la antigua Grecia hasta la Edad Media, el gótico es el estilo por excelencia donde se recogen arquitecturas góticas, leyendas, momentos históricos, etc.
 Por otro lado, la fantasía , y sobre todo el drama con un obsesivo sabor por la muerte, la noche y las ruinas, así como por los monstruos y las criaturas anormales. Se pintan paisajes fantásticos, imaginativos, de estudio, evocados, etc. El pintor se enfrenta a la realidad del paisaje, salen al exterior, como el pintor Friedrich.
Dentro de la individualidad surge una nueva relación entre cliente y artista, como el grupo Prerrafaelista inglés o los nazarenos alemanes.

Aparte, la pintura se relaciona con la escultura, la literatura y la música entre otras y que desempeñaron un papel influyente en el período de esta época.
Por eso, al hablar de pintura podemos destacar pintores como Eugéne Delacroix  mencionado anteriormente.

Fue un pintor francés, admirador de la pintura inglesa, conservador de sus gustos y actitudes, odiaba el progreso y era conocido como el más moderno de los artistas.
En 1822 presentó su primera obra, 'La Barca de Dante' y 'La Matanza de Quíos, ambas fueron adquiridas por el Estado francés ya que causa una fuerte polémica.
Entre todas sus obras, destaca la obra de Hamlet de Shakespeare.

Delacroix analiza varios actos de la obra, una de ellas es el cuadro de 'Hamlet y Horacio en el cementerio' perteneciente al quinto acto.El cuadro está inspirado en el joven Hamlet, príncipe de Dinamarca, donde se encuentra atormentado por la duda, la pasión no correspondida de Ofelia, la doble locura y la venganza por la muerte de su padre.
Con este cuadro obtuvo la adhesión incondicional por parte de los jóvenes pintores románticos franceses. Realizó dos versiones sobre el cuadro, pero sin dudar todo el mundo conoce la más famosa.




El pintor utiliza sobre todo un paisaje lúgubre con colores tristes y que por lo tanto , el hecho se consideró de la más rabiosa modernidad y todos los admiradores de Delacroix    se sentían identificados con este príncipe, ya que se sienta sobre una una tumbra para reflexionar sobre la existencia de la vida.




Caspar David Friedrich.

 El caminante sobre el mar de nubes.

·Caspar David Friedrich.
Destacó por su visión sombría y pesimista prototipo del pintor romántico, generalmente es un pintor paisajista del romanticismo alemán.
Sus paisajes son la proyección de la espiritualidad humana, el autor se vale de la naturaleza para expresar su metafísica, es conocido por sus paisajes alegóricos que muestran figuras contemplativas.
Además no es raro encontrar en algunos de sus cuadros ,un personaje de espaldas frente a un entorno vasto y cargado de simbolismo.
Su interés primario era la reflexión de la naturaleza, generalmente sus pinturas tienden a la presencia humana en una perspectiva disminuida en contraste a extensos paisajes.

El interés de Friedrich por la naturaleza queda claramente evidenciado en otras de sus obras. Ejemplo de ello es Acantilados blancos,  El mar de hielo ó El caminante sobre el mar de nubes, obra que analizaremos posteriormente.

·El caminante sobre el mar de nubes.
El caminante sobre el mar de nubes, es  un conocido cuadro del pintor romántico alemán Caspar David Friedrich, data del año 1818.
 Se trata de un óleo sobre tela que mide 74,8 centímetros de ancho por 94,8 centímetros de alto.
Se trata de un paisaje de la Suiza de Sajonia, actualmente se conserva en el museo de arte de Kunsthalle de Hamburgo (Alemania).
Esta obra de arte está creada teniendo en cuenta las convenciones de género tanto del Romanticismo como del paisaje. La obra, de esta manera, no se diferencia de otras obras de Friedrich; parecía sentirse bastante atraído con la idea de ver y experimentar la naturaleza en lugares aislados y maravillosos: al borde del mar o de lagos, en la cima de las montañas, o en lo alto de una cascada, pero no eran meros paisajes, sino que tiene un gran contenido simbólico.

Utiliza una gama cromática más bien fría: negro de la figura central, marrón oscuro en las rocas y el gris y el blanco de la niebla y el cielo. Los únicos colores cálidos aparecen en el primer plano. De esta manera, con colores más cálidos en primer plano y predominantemente fríos en el fondo, logra una perspectiva cromática. Además, debido a que el primer plano es oscuro y descarnado, mientras que el fondo resulta más brillante, claro, menos incisivo, pintándose de manera más difuminada, Friedrich consigue una perspectiva aérea.

El hecho de que el viajero se encuentre de espaldas y no pueda vérsele la cara, ha sido objeto de análisis e interpretaciones. De esta forma el autor impide que la fisonomía del personaje distraiga la atención del paisaje. Al mismo tiempo, el no tener rostro transmite mejor la idea de la disolución del individuo en el «todo» cósmico.

Esta postura (una persona vuelta de espaldas) se repite en otras pinturas de Friedrich, como los Acantilados blancos en Rügen. La figura de espaldas, que está en pie como un monumento sobre un lugar elevado, atrae al espectador al interior de la pintura,  cubre  una importante función como figura de identificación, normalmente están colocados de tal manera que cubren el punto de fuga. A causa de ello, el espectador tiende a colocarse en el lugar de la figura, y de esta manera seguir también de cerca el fenómeno natura, es decir, las figuras no representan individuos concretos y la naturaleza serviría de proyección a los sentimientos del espectador.

El  paisaje se puede interpretar como la inmensidad del universo frente a la pequeñez del ser humano. El ser humano no es nada ante la naturaleza, se puede en consecuencia hacer referencia al texto les Feuilles d’automne (las Hojas de otoño) de Víctor Hugo en las que se evoca la pequeñez del ser humano frente a la naturaleza. La naturaleza se regenera, pero el ser humano es mortal. Se pretende transmitir el sentimiento de lo sublime, la impresión de magnificencia y sobrecogimiento que produce la naturaleza en toda su grandeza, además tenía la técnica de representar a sus personajes cubriendo el punto de fuga

Finalmente, debemos decir que también se ha hecho una interpretación política y nacionalista de esa obra. En efecto, durante las guerras napoleónicas se logró cierta unificación de los estados alemanes, perdida después del Congreso de Viena Friedrich expresaría la espera de una Alemania libre y mejor. En este sentido, el caminante no sería Friedrich, sino un caído en las guerras de liberación (1813-1815). Por ser un símbolo político, viste la típica levita alemana, prohibida en 1818.












Eugène Delacroix.

(Charenton-Saint-Maurice, Francia, 1798-París, 1863) Pintor francés. Aunque nacido en el seno de una familia formada por Charles Delacroix, político de profesión, y Victoire Oeben, que pertenecía a una familia de artesanos y dibujantes.



Se formó en el estudio de Pierre Guérin, pero debe sus rasgos estilísticos a Géricault y Gros, coetáneos a los que admiró, y también a Rubens y los venecianos. Fue también un gran admirador de la pintura inglesa.

En 1822 presentó por primera vez una obra en el Salón, La barca de Dante, y en 1824 compareció de nuevo en el certamen con La matanza de Quíos, cuadros ambos que fueron adquiridos por el Estado francés, a pesar de la fuerte polémica que provocaron. El pintor se inclina en estas primeras obras por temas que le permiten expresar una gran intensidad emocional, plasmada con colores brillantes y gran libertad expresiva.
Son estas creaciones las que lo convierten en la gran figura del Romanticismo francés, estilo del que se consideran obras particularmente significativas La muerte de Sardanápalo y La Libertad guiando al pueblo. En ambas, las figuras dibujan una línea diagonal, que constituye el eje compositivo del cuadro, al estilo de Rubens, creando una intensa sensación de movimiento y vitalidad.



La muerte de Sardanápalo


La Muerte de Sardanápalo es un cuadro de gran tamaño, obra de Eugène Delacroix, creado en 1827 y se conserva en el Museo del Louvre de París, en un salón donde se exhibe con el título de Mort de Sardanapale.
Sobre el mismo tema, el museo alberga igualmente un pequeño cuadro (100 cm x 81 cm).

La Muerte de Sardanápalo es ciertamente el lienzo más romántico de Delacroix. Sobre el mismo tema, Hector Berlioz escribió una cantata que le valió su primer éxito oficial.

Sardanápalo es un rey legendario de Nínive en Asiria que habría vivido de 661 a. C. al 631 a. C. Sería una mitologización de Assurbanipal, un rey muy cultivado y poco agresivo. La otra posibilidad es que Sardanápalo fuera el hermano de Assurbanipal, siendo este último el encargado de gobernar Babilonia. Sardanápalo posteriormente conspiró contra Assurbanipal y, para castigarle, este rey aisla la ciudad (650 a. C.-648 a. C.). Cuando Sardanápalo intuye la derrota inmediata, decide suicidarse con todas sus mujeres y sus caballos e incendiar su palacio y la ciudad, para evitar que el enemigo se apropiase de sus bienes.

La escena representada por Delacroix muestra el episodio dramático de la muerte del soberano. Delacroix sintió la necesidad de realizar algunas declaraciones cuando el lienzo fue expuesto por primera vez.

No es esta Muerte de Sardanápalo un lienzo perfilado. La pintura yuxtapuesta de los rayos de color que representan una forma únicamente cuando retrocedemos. El color domina, la luminosidad es brillante. Delacroix utiliza preferentemente colores cálidos, en particular pigmentos castaños y rojos; de ellos surgen, poco a poco, colores más claros como el blanco de las telas, de la túnica o de la piel del caballo, y los amarillos y anaranjados de los cuerpos de las mujeres.

Era su primera composición en diagonal. Tanto en la obra teatral como la interpretación de Delacroix muestran a Sardanápalo en una posición pensativa y relajada con Myrrha a sus pies en el medio de la violencia y la masacre de sus sirvientes. Delacroix lo recuesta en una cama roja lo que acentúa la sensualidad de la escena, le hace referencia a la sangre derramada y las víctimas indefensas. A la esquina derecha podemos ver la ciudad rodeada de humo, en la esquina de abajo a la izquierda podemos ver un negro tratando de controlar a un caballo ya moribundo porque tiene la cabezada de oro. Podemos ver la riqueza del medio oriente en la joyas y los artefactos expuestos en la parte de abajo al centro del cuadro. 

Las características del romanticismo que podemos ver en el cuadro son:
-El uso de la curva exagerada.
-Mucho movimiento.
-Representación del ser humano y los hechos que lo afectan.
-Lucha interna.
-Luz dramática con mucha violencia.
-El uso de bestias junto al ser humano (los animales irrumpen en la escena).
-El uso del color rojo que representa la violencia.

Este cuadro supuso el triunfo definitivo de la escuela romántica en pintura.
Más allá de la historia, este cuadro aparece como un manifiesto de la rivalidad entre la pintura romántica - representada por Delacroix - y el clasicismo o el neoclasicismo- representado por Ingres ya que Delacroix pone delante de su obra esta relajación de las convenciones formales, que rechazan las clásicas: estas no son más que las formas y los sujetos que el artista pone en valor, además de la intensidad de los colores, de los contrastes y de la luz. 

La obra no fue bien acogida en el Salón de 1829; se la criticó por su colorido, demasiado brillante para tratarse de un episodio tan trágico y dramático, y por su tendencia al non finito, lo inacabado. De hecho las críticas y comentarios en torno a la obra fueron tan feroces que provocaron que el artista se retirara durante casi cinco años de la escena pública. Sin embargo hoy es una de las obras más aclamadas por mostrar como pocas casi todas las pautas estilísticas de la pintura romántica.


EL VAGÓN DE TERCERA


Se trata de una acuarela pintada por Honoré Daumier entre los años 1862 y 1864, y que en la actualidad se conserva en el Metropolitan Museum de Nueva York.
Es una pintura muy típica del momento en el que su pintor la realizó, un autor adscrito al movimiento de la pintura realista. Y de hecho, Daumier es uno de los máximos representantes de esta corriente pictórica, y esta es una de sus obras más emblemáticas.

La obra representa una escena en un vagón de ferrocarril repleto de gente con escasos recursos, pero en cambio el autor dota a la pintura del tono propio de la pintura que representaba temas más altos, más conocido. Y por lo tanto, el escándalo se debía a que plasmaba del mismo modo un tema de tercera.

En realidad, Honoré Daumier en cualquiera de sus facetas artísticas se mostró como un autor muy crítico con su sociedad, especialmente con las clases más poderosas, ricas y de ideología conservadora. Y lo hizo tanto en su producción como pintor, como cuando realizó ilustraciones en diferentes periódicos o revistas, en sus litografías o en sus obras escultóricas.

Su implicación social no solo la llevó al campo del arte, ya que personalmente se involucró en diferentes sucesos políticos que agitaron las décadas centrales de la Francia del siglo XIX. Participó en la Revolución de 1830 fue muy crítico con el posterior reinado de Luis Felipe, apoyó la Revolución de 1848, fue muy activo políticamente durante el periodo de la II República Francesa y finalmente participó en los sucesos de la Revolución de 1870.


  Henry Fuseli




Johann Heinrich Füssli nació el 7 de febrero de 1741, en  Zúrich, Suiza.
fue además de pintor, historiador de arte y escritor.
Entre 1764 y 1770 se estableció en Inglaterra, allí fue conocido como Henry Fuseli, comenzó a ilustrar a Shakespeare, y tradujo Macbeth al alemán.
Es difícil clasificar su estilo, se le ha encuadrado en el neoclasicismo, el manierismo y el prerromanticismo; y es cierto que sus figuras son de tradición clasicista y manierista y refleja en su obra una concepción de lo sublime que aparece en el arte inglés del siglo XVIII, anteponiéndose al movimiento romántico. Se relacionó con el movimiento prerromántico “Sturm und Drang”, que contraponiéndose a la ilustración, retornaba a la fantasía y a la expresión de los sentimientos, las pasiones y los instintos humanos. Era en la casa paterna donde se llevaban a cabo las reuniones del grupo a las que acudían entre otros: Johann Jakob Bodmer, Lavater y Pestalozzi. Bodmer sería una gran influencia para él, que ya entonces estaba interesado en la literatura inglesa. Comenzó copiando grabados, en los que plasmaba escenas violentas, de figuras estilizadas y monumentales, utilizando para estas composiciones, fuertes claroscuros, como en la “Caída de Titanes” en los que podemos apreciar la influencia de Rouseeau. Se nacionalizó en Inglaterra, y se inició como escritor , y es a partir de 1746 cuando decidió dedicarse a tiempo completo a la pintura. A pesar de residir en el Reino Unido, su obra representa un romanticismo plenamente alemán; sus escenas en las que plasma mundo nocturno y terrorífico tiene muchos paralelismos con el “romanticismo oscuro” que habían practicado Novalis, Hölderlin, Jean Paul y Hoffmann. Se puede decir que practicó una pintura de transición entre el neoclasicismo y el romanticismo, y que fue uno de los artistas pioneros en plasmar lo irracional, por lo que algunos historiadores de arte apuntan muchas similitudes con Francisco de Goya. Su estilo adquiere afianzamiento en los grabados que realiza de 1755 a 1757 sobre “Till Eulenspiegel”, en los que refleja la influencia del barroco manierista sobre todo de Alberto Durero, aunque combinado con una fuerte expresividad y realismo. En estos años, comienza despertar en Füssli el pesimismo y la actitud trágica que bebió de las ideas de Rousseau, en el sentido de que la civilización había corrompido a la humanidad; y es a partir de entonces que desarrolla una fuerte visión trágica de la humanidad. Sus cuadros poseen un marcado carácter teatral, no sólo en cuanto a la temática, sino por su sentido plástico de las imágenes, en las que huye de la perspectiva de los renacentistas. En cuanto a las formas que da a sus figuras, se apartan de las reglas anatómicas más elementales, dando lugar a nuevas criaturas fantásticas y llenas de sensualidad. Murió en Putney Hill, Londres, el 16 de abril de 1825.
Tras su muerte, su obra cayó casi en el olvido, sería reivindicada por los expresionistas y surrealistas, considerándolo un predecesor de estos movimientos vanguardistas de finales del siglo XIX y principios del XX.


 LA PESADILLA




  





 Nombre: La pesadilla.
 Autor: Johann Heinrich Füssli.
 Fecha: 1781.
 Técnica: Óleo sobre lienzo.
                                                                       

Füssli hizo esta obra inspirándose en el Sueño de Hécuba de Giulio Romano —o bien en el Sueño de Rafael, de Marcantonio Raimondi—. En él vemos una mujer dormida poseída por un íncubo, demonio que se presenta en sueños de tipo erótico, apareciendo en segundo plano la cabeza de un caballo de aire fantasmal que contempla la escena. La fisonomía de la mujer pintada corresponde a Anna Landoldt, sobrina de su amigo Johann Caspar Lavater, por la que el pintor sentía una gran pasión.
Es una de las obras más emblemáticas de este pintor, reflejando los temas preferidos a lo largo de su obra: satanismo, horror, miedo, soledad, erotismo. Füssli recrea en esta obra un mundo nocturno y teatral, con fuertes contrastes lumínicos, que inspirará toda la imaginería satánica del siglo XIX.
La obra de Füssli presenta un aspecto contradictorio: mientras la superficie del cuadro, la técnica, nos hablan de mesura y contención, las tintas frías y dramáticas y el mundo de sus personajes nos sumergen en un mundo fascinante y horrible, fiel expresión de la poética, tan británica, de lo sublime. Su atmósfera de ensueño, su alusión al mundo de íncubos y demonios de la tradición inglesa, el aire de un erotismo de pesadilla, convierten esta obra en un antecedente del surrealismo –como en las visiones nocturnas de Paul Delvaux.